En marzo del 2020 nació una iniciativa ciudadana que permite que, personas que lo necesiten debido a alguna enfermedad, adquieran un tanque de oxígeno lleno gratuitamente con el compromiso de que una vez que ya no esté en uso lo devuelvan lleno y sellado.
La pandemia de covid-19 impulsó esta causa, que surgió con el objetivo de ayudar y detener la corrupción por los sobreprecios en los tanques, explica Catherine Medranda, quien junto con otros voluntarios crearon el Banco de Oxígeno.
Aunque el Banco de Oxígeno se fundó en Guayaquil, con el contacto de personas conocidas lograron extender este servicio también a Quito. Medranda menciona que conversaron sobre esta iniciativa con personas de Loja y Cotacachi, pero que el grupo de voluntarios inicial solo tiene control sobre las dos primeras ciudades mencionadas.
La demanda por tanques de oxígeno por casos de covid-19 bajó drásticamente en los últimos meses, según los datos que maneja el Banco de Oxígeno. Medranda indica que en julio pasado le solicitaron dos tanques para pacientes con coronavirus, en agosto, 1; en septiembre y octubre ninguno y, ayer, volvió a recibir un requerimiento para una pareja de esposos, a quienes les indicaron que posiblemente necesitarán de un tanque de oxígeno.